[Entrevista] Juan Hinestroza, el químico de la moda
A pesar de sus constantes transformaciones, la moda es irónicamente una de las pocas industrias a las que se les ha dificultado adaptar del todo la tecnología en sus procesos de creación. Han pasado varias décadas desde que algunos libros y películas plantearon un panorama textil que por estos días hace más parte de la ficción que de una realidad cercana, sin embargo, personas como Juan Hinestroza, un colombiano reconocido por su trayectoria en el mundo de la nanotecnología para la producción de fibras, quien además es el director del Textiles Nanotechnology Laboratory de la Universidad de Cornell, están cambiando este contexto.
Hablamos con él sobre su experiencia en este campo, y sobre cómo su trabajo puede llegar a revolucionar la industria textil en algunos años. Esto fué lo que nos contó:
¿Cómo define Juan Hinestroza su proyecto?
JH: Si lo pudiera simplificar en una frase sería: explorar fenómenos a nanoescala que estén relacionados con fibras y polímeros. Nuestro trabajo está encaminado a modificar y crear materiales fibrosos, y a desarrollar técnicas de medición para entender estos materiales a escalas menores a 100 nanómetros (1 nanómetro equivale a 0,00001 centímetros).
¿Cuáles serían los pasos que definen el proceso de creación de esta clase de textiles?
JH: Los primeros pasos son de Ideación, es decir, imaginarnos qué propiedades queremos que el material tenga. Después viene el proceso de síntesis química, donde exploramos diferentes rutas químicas para crear ese tipo de propiedades, finalmente se da el proceso de prueba y análisis donde verificamos si las propiedades obtenidas son las mismas que deseamos en el primer momento. Es un ciclo de aprendizaje que nos permite explorar muchas posibilidades y mantener la mente abierta a diversas rutas para lograr el objetivo.
¿Qué lo inspiró a crear telas multifuncionales de alta tecnología?
JH: Ha sido un proceso de más de 12 años desde que me gradué de mi doctorado en Ingeniería Química y Biomolecular. Mi interés era combinar los desarrollos en nanotecnología, en términos de ensamblar átomo por átomo y molécula por molécula, con la habilidad de la manufactura textil de crear grandes superficies de manera rápida y reproducible.
¿Cuál cree que es la clave de éxito para estos nuevos textiles?
JH: La mayor ventaja es que estos nuevos textiles mantienen el confort y flexibilidad, y a su vez ganan nuevas propiedades sin que el usuario lo note, lo cual es el resultado de usar materiales nanoestructurados de bajo peso y posicionados con precisión nanométrica en la superficie de los textiles sin necesidad de usar excesos de colorantes, acabados y modificadores de superficie que son generalmente añadidos en procesos poco amigables al ambiente.
¿Qué lo motivó a hacer de este proyecto una realidad?
JH: Me pareció una nueva forma de innovar en un campo maduro. De convertir algo tradicional y antiguo en algo nuevo y revolucionario. Era un reto muy interesante desde el punto de vista científico y con grandes implicaciones en la población del mundo.
¿Qué obstáculos y oportunidades ha encontrado en el camino?
JH: He encontrado muchísimos problemas, incluyendo la poca credibilidad al principio de mi carrera, con respecto a la idea de hacer posible la unión de la nanoescala con la macroescala. Afortunadamente, la Fundación Nacional Para la Ciencia financia proyectos revolucionarios y de alto riesgo, lo que nos dio el primer apoyo para probar estos conceptos. Tan pronto tuvimos los primeros resultados positivo, las demás agencias empezaron a apoyar nuestro trabajo y se volvió más factible nuestro proyecto.
¿Conoce productos o proyectos similares que se hayan hecho antes en otros países?
JH: Se han hecho muchos intentos en el pasado por varios grupos en Suiza y Hong Kong, pero no a la escala de nuestro trabajo. Estamos contentos de ser los pioneros y de tener colaboradores en todo el mundo.
¿Cómo cree que se ha transformado este proyecto desde su origen?
JH: La idea inicial ha sido la misma, crear materiales multifuncionales sin alterar las propiedades de los textiles. Hemos cambiado el alcance del proyecto para avanzar poco a poco pero siempre teniendo la visión en un objetivo. Ahora por ejemplo usamos tecnologías que no existían hace 12 años como las impresoras en tres dimensiones y otros equipos científicos.
¿Cuál ha sido el mayor reto en el desarrollo de este proyecto hasta el momento?
JH: Tal vez el tiempo; quisiéramos que todo avanzara más rápido pero siempre estamos confiados que las cosas saldrán al final, pero no sabemos cuando. El otro reto es conseguir la financiación para este tipo de ciencia de punta y exploratoria donde el riesgo es muy alto.
¿Le gustaría haber hecho algo diferente durante todo este proceso?
JH: Tal vez si pero no miramos hacia atrás. Aprendemos y nos movemos hacia el objetivo. Pensar en el pasado no trae tantos beneficios como mirar hacia adelante.
¿Cuál es su definición de éxito?
JH: Éxito es hacer lo que quieres y querer lo que haces. Me encanta mi trabajo de profesor e investigador porque cambio las vidas de mis estudiantes a través de la ciencia y el conocimiento, y descubro nuevos mundos en lo pequeño.
¿Cómo se imagina la industria textil dentro de 20 años?
JH: Veo un gran crecimiento en los tejidos, la ropa personalizada y multifuncional, en el uso de los textiles como un medio para mejorar la calidad de vida de las personas, y también en la posibilidad de crear tu propio vestuario a través de impresiones en tres dimensiones y otras nuevas tecnologías de manufactura aditiva.
¿Puede contarnos sobre algún ‘golpe de suerte’ que le haya sucedido en estos años durante el desarrollo de su proyecto?
JH: Muchos; lo ideal es aprender de esos experimentos que no funcionan y entender qué lección positiva puedes sacar. Hemos experimentado tantos casos que no hay espacio para describirlos, desde materiales que se comportan lo opuesto a lo que inicialmente diseñamos, y otros que no han servido su propósito, pero que después se convierten en plataformas para diseñar nuevos productos y nuevas aplicaciones.
¿Qué se recomendaría a usted mismo en sus inicios?
JH: Como persona tal vez aprender a aprender y entender que el mundo es muy grande y siempre hay oportunidades para la gente con pasión y con grandes sueños.
Tal vez nuestros sistemas educativos están más enfocados a ser conformistas con un orden social y económico, que es menos innovador y más seguidor.
La ciencia de punta y explorar lo desconocido siempre ha sido un gran motivador de los grandes cambios del mundo. La historia se escribe con los que piensan y sueñan diferente y se atreven a retar el estado de las cosas. soñar es la clave del éxito.
Si tuviera que resumir su experiencia en una frase inspiradora. ¿Cuál sería?
«El cambio no vendrá si esperamos por alguna persona u otro tiempo. Nosotros somos por los que hemos estado esperando. Nosotros somos el cambio que buscamos» – Barack Obama
Aunque en comparación con otras ciencias la nanotecnología es un concepto relativamente nuevo -se habló de esta por primera vez a finales de los años cincuenta, y fue una realidad en la década de los ochentas- se perfila desde ya como uno de los posibles detonantes de una próxima revolución industrial y tecnológica, gracias a sus amplios alcances que podrían permitir la creación de nuevos materiales, para todo tipo de disciplinas e industrias.
Por el momento, Juan Hinestroza y su diverso equipo de trabajo conformado por físicos, ‘textileros’, químicos y diseñadores, están logrando por su parte, darle un nuevo sentido al mundo textil a través de la creación de prendas únicas que pueden conducir electricidad, eliminar bacterias, emitir luces, colores, insecticidas y medicamentos, entre muchas otras funciones, y que son seguramente el comienzo de un largo camino hacia la tan anhelada adaptación tecnológica en la industria de la moda.
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Fuente Imagen: Auburn
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