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Tendencias: ¿para qué sirven realmente?

Por qué todo emprendedor debería analizar tendencias

Hoy en día todo empresario o emprendedor le apunta a un objetivo muy claro: la innovación. Pero ¿cómo llegar a ella? La investigación de tendencias puede mostrarnos el camino. Leer más
Paula Riveros
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Ser innovador es el nuevo Santo Grial en empresas, emprendimientos y agencias de publicidad. Se vive una loca carrera por parecer innovador, por dejar con la boca abierta al consumidor y a la competencia. Ganar premios, distinciones y artículos en publicaciones de innovación, así como volverse una marca con personalidad proyectada al futuro, conforman el modelo contemporáneo de éxito empresarial.

Así mismo la innovación se vuelve un misterio que mezcla genialidad con suerte y que está más asociada al carácter de unos líderes, bien sea el CEO, el director creativo o algún ejecutivo arriesgado y visionario, que a insumos, procesos, metodologías y coordinación de equipos de trabajo.  Sin embargo, en el backstage, menos cool, más juicioso, riguroso  y nerd, es donde realmente radica la clave para una innovación acertada, sostenible y que realmente sí responda a una demanda latente en el mercado.

De la experiencia en estos años con 360TrendLab hemos aprendido que investigar, y sobretodo analizar tendencias, es indispensable para que existan proyectos de innovación acertados y vanguardistas, pero conociendo muy bien el factor de riesgo que se asume al realizarlos. Estas son algunas de las claves para que las tendencias se conviertan en innovación al interior de un proyecto de empresa, marca, comunicación o emprendimiento:

1. Estudiar tendencias significa comprender estilos de vida.

Conocer solamente lo que sucede en una categoría de mercado no permite acceder a la vastedad de oportunidades de innovación que mi producto o marca podría tener. Esto quiere decir que ser un especialista en mi negocio y su estado del arte es importante, pero el insumo para la innovación vendrá del cruce de esto con otras categorías del mercado, y con hábitos, imaginarios, percepciones, expectativas o gustos que se mueven alrededor de mi categoría.   Este big picture a esto a lo que llamamos “estilo de vida”.

2. Entender el contexto donde se inserta mi marca = oportunidades de innovación.

Mi marca, negocio, empresa o idea forman parte de un universo compuesto por un mercado, unas competencias directas e indirectas, unas necesidades secundarias, una cultura. Conocer estas condiciones en las cuales se introduce mi oferta significa estudiar tendencias. Saber cómo se relacionan estas condiciones entre sí es la materia prima para que mi propuesta de valor sea más relevante, duradera y con un elemento diferenciador, es decir, innovadora. En este sentido, el conocimiento del consumidor debe incluir insights sobre sus elementos culturales, sus consumos en otros campos fuera del mío y sus expectativas frente a lo que el mercado aún no le ofrece.

3. Los problemas de negocio o limitantes de mi empresa son las reglas de juego para analizar las tendencias.

Ignorar las determinantes negativas o el potencial no aprovechado de mi negocio, los casos fallidos o las causas de los exitosos, mientras se prioriza un deber-ser de innovación extranjero alejado del entorno real, no sirve para nada. Es lo que muchas veces sucede cuando se toman los reportes de tendencias internacionales, o las palabras de gurús de la innovación de manera literal y forzada. Una innovación acertada proviene de un análisis y una creatividad que parten del cruce entre tendencias  locales (que incluye la comprensión de las problemáticas de mi negocio) y tendencias internacionales (que incluye conocer casos internacionales más independientes que no estén reportados por los grandes observatorios de tendencias).

4. Más allá de los conceptos abstractos, las tendencias deben servir para dar luz sobre soluciones.

Muchas veces los reportes de tendencias de los grandes observatorios dejan más confusión que luz sobre las acciones a seguir para una empresa, negocio o emprendimiento. Se vuelven una indexación interminable de conceptos curatoriales abstractos y ejemplos futuristas, que si además están en otro idioma que no es la lengua materna (dentro de un equipo de trabajo que no domina el inglés), no aportan por sí solos ideas para ser aplicadas a los proyectos de innovación en lo local. El filtro para crear o estudiarse un reporte de tendencia debe siempre estar dado por la relevancia en su aplicabilidad en el contexto local, como respuesta a necesidades primarias y secundarias de las personas, y dentro del marco de posibilidades reales de ejecución.

5. Tendencias: Proyectarse al futuro con imaginación frente a la racionalidad del presente.

Hablar de tendencias no es adivinar el futuro. Es recolectar evidencias y encontrar relación entre los que está pasando en el mundo en el momento actual y observarlo bajo el filtro de lo que se quiere proyectar a futuro, dentro del marco del concepto de marca, mi target y mi mercado. Las tendencias son este insumo de investigación para que existan procesos de innovación. Su aplicabilidad no es sólo en el desarrollo de producto, sino que se puede ver reflejada en pequeñas innovaciones en comunicación, distribución, diseño, activaciones, desarrollo organizacional, alianzas, etc.

Conocer y aplicar tendencias de consumo y estilo de vida son el nutriente para que la innovación sea una constante en cualquier negocio.

Imagen: Death To The Stock Photo

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Paula Riveros
    Directora de 360 TrendLab, profesora de la Cátedra de Coolhunting en la Universidad de Los Andes. Autora del libro 'Coolhunting y Tendencias, a la cacería de ideas geniales para innovación' Comunicadora social de la Universidad Javeriana de Bogotá con Master en Management de Empresas Culturales de la Escuela EAC París y diplomado en Arte del Siglo XX en The School of Visual Arts - New York. Cuenta con estudios y experiencia en Bogotá, New York, París y Buenos Aires.

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