Por qué recurrir al storytelling para su hoja de vida
Uno de los fines principales al contar nuestra historia empresarial, de negocios, propia etc. es lograr que nuestro público se sienta bien con nuestro mensaje, y se identifique en la narración que le presentamos, la cual, independientemente de lo que le ofrezcamos al mercado (producto o servicio), debe vislumbrar un futuro esperanzador, que de ser posible nos ayude con la resolución de alguno de nuestros conflictos; caso contrario las personas no se conectarán con nuestra historia.
Cada día es probable que cientos de personas se enfrenten ante esa historia que contamos en la web a través de nuestros perfiles en redes sociales; resulta incluso algo inquietante que la lean mientras no estamos ‘en línea’, sino, por ejemplo, mientras dormimos. Hay personas que investigan algunos aspectos de nuestras vidas y forman un concepto de nosotros y de la historia que queremos contar de acuerdo a esa persona que hemos creado en línea, la cual, sería ideal que no distara mucho de la que somos en nuestro diario vivir off-line.
Uno de los grandes males que aqueja el entorno corporativo hoy en día es lo que yo denomino, “el síndrome del experto y/o gurú”, es decir, en ese afán de diferenciación parece que es un pecado no ser expertos en algo. No quiero decir que sea malo prepararse y profundizar en diferentes campos que nos interesen, pero cuando mencionamos todos nuestros títulos, posgrados y credenciales de excelencia, a manera de lista, lo que hacemos es ubicarnos cada vez más lejos de nuestra audiencia: ésta, a veces, no identifica a alguien dispuesto a compartir su historia, sino a una persona que quiere establecer una barrera y que pareciera no tener interés alguno de entablar una conversación con alguien que no sea de su mismo “nivel” bien sea académico, corporativo, etc. A la larga creo que por más que sepamos sobre un tema, seremos semi-expertos, pues siempre existirá alguien que sepa más.
Christian Salmon cuenta en su libro Storytelling que el término gurú se ha convertido un un cliché para occidente, y que hemos olvidado la dimensión social de su origen africano:
“En África el término gurú (o griot) no designa un oficio,
ni siquiera una vocación, sino una función social. En Mali, los griots son calificados
de Djeli, que en Bambara Significa: sangre de la sociedad”- Christian Salmon, Storytelling –
El punto es que las personas siempre tienen un mayor interés en saber quién realmente somos, qué es lo que nos motiva y hace sentir plenos; es por eso que contar historias, y sobre todo la nuestra, es una manera de ubicarnos en y ante el mundo, y a la larga permite transmitir nuestra identidad.
Nuestro perfil profesional, entonces, debería tener un perfecto equilibrio entre eso que nos hace sentir vivos, a lo que cada uno le apuesta con pasión, al mismo tiempo que todas las credenciales y estudios que soportan nuestra experiencia. Tampoco debemos olvidar añadir aspectos sencillos como gustos musicales, de comida, aficiones, etc. pues estos son puntos en común que muchas personas comparten con nosotros y con los cuales abriremos una puerta para que se identifiquen más fácil con nuestra historia.
El punto de partida es conocernos y definir qué construye nuestra identidad, para luego presentar qué hacemos y a qué tipo de público (personas y/o empresas) servimos. Narrar nuestra historia de forma amena y sincera, invitando a los demás a que nos conozcan y poniéndonos al servicio de la sociedad. Al mismo tiempo es bueno dejar algo para la imaginación del lector, pues bien lo dijo el escritor Cormac MacCarthy: “Where all is known no narrative is possible”.
“ I had to understand my own story before I could
listen to and help other people with theirs”– Barack Obama -