Según señala un artículo de The Examiner, cada año, la empresa Recology, enfocada en construir un ecosistema de recursos reciclables que proteja al medio ambiente y cree soluciones sostenibles para las comunidades, recolecta de 10 a 15 millones de botellas, las cuales son utilizadas una sola vez.

Con el fin de aminorar esta problemática, el pasado 4 de marzo, la Board of Supervisors, organización que responde a las necesidades de los ciudadanos en San Francisco, anunció la prohibición de la venta y distribución de agua en botellas de plástico de 21 onzas o menos, en los espacios públicos, exteriores o interiores, con el objetivo de minimizar los residuos que se generan en la industria, que equivalen a aproximadamente mil millones de dólares.

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La medida, que regirá a partir del 1 de octubre de este año, es respaldada por Think Outside The Bottle, una campaña nacional que promueve la restricción de productos eco-unfriendly, entre los cuales se encuentran el agua en botellas de plástico.

Las personas o distribuidores que infrinjan la ley tendrán que pagar una multa de 1.000 dólares. Aún así, la norma tiene su excepción, pues la venta de agua en botellas de plástico será permitida cuando una fuente de agua potable no esté disponible en una comunidad.

Aunque la medida impuesta en la ciudad de San Francisco pueda parecer un poco radical, es un primer paso para que la industria de las bebidas empiece a tomar conciencia sobre el impacto que tiene en el medio ambiente la producción de envases plásticos, que terminan contaminando y ensuciando las calles. Además, es importante pensar en desarrollar productos, que puedan ser rentables para sus fabricantes, pero también que aporten a la construcción de un mundo cien por ciento eco-friendly.

Imágenes: Botellas de plástico/ Residuos de botellas de Shutterstock

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