• Santiago Arango Sarmiento
• - septiembre 6, 2013

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En palabras de sus creadores Rich Thornett y Dan Cederholm, se define como un “show and tell” para diseñadores: un lugar para descubrir y promover dentro del diseño. ¿Cómo se diferencia de otras plataformas? Empecemos por la parte técnica: en Dribbble cada diseñador tiene un límite de 24 “shots” o imágenes mensuales, cada una de 400×300 pixeles.  Esto quiere decir que sólo pueden publicar “screenshots” de los proyectos, lo que asegura que su trabajo no sea utilizado sin la autorización del autor.

Por otro lado, existen dos tipos de membresía para el portal: como diseñador o “prospecto”, en cuyo caso es necesaria una invitación de un miembro de Dribbble para poder construir el propio portafolio, y como “scout”, que permite explorar las cuentas de los diseñadores y contactarlos sin la necesidad de una invitación.

Fuente imagen: dribble.com (captura de pantalla)

En su modelo de colectividad: dentro de sus parámetros es una comunidad dinámica, tan activa como una red social, que garantiza no sólo su continuo crecimiento sin recurrir a terceros partidos, sino que también se encarga de auto-promoverse y de mantener siempre un alto estándar de calidad en los trabajos. Es un enorme banco de diseñadores en donde las referencias y recomendaciones vienen de otros diseñadores.

Adicionalmente, la plataforma incentiva a sus usuarios a crear espacios de encuentro entre Dribbblers en ciudades como Glasgow, Buenos Aires, Toronto e incluso en Bogotá. La plataforma ha tenido una gran acogida y a la fecha ya se han compartido más de  142,741,394,696 pixeles (un equivalente aproximado a 1,189,512 usuarios) en todo el mundo.

Fuente imagen: dribble.com (captura de pantalla)

La base sobre la que está construida Dribbble es que si los miembros de una comunidad se mueven sobre la misma línea de pensamiento y de producción, la comunidad será mucho más efectiva al momento de producir beneficios. La razón: la colectividad crea en relación a sí misma y para el propio progreso y el interés de un tercer partido resulta como un efecto colateral, no como un objetivo.

Se puede pensar en el modelo de comunidad que crea Dribbble no sólo como un canal para ganar dinero o conseguir empleo, sino también como un entorno ideal para el co-aprendizaje, la co-creación y el trabajo colaborativo. Este tipo de espacios podrían representar a futuro un banco de recursos segmentados por especialidades, de modo que en unos años cada oficio cuente con su propia plataforma privada online de conversación, difusión, encuentro y retroalimentación: un club, un hub y una comunidad de talentos reunidos en un mismo lugar.

• Santiago Arango Sarmiento
Mucho de geek y algo de ilustrador. Aficionado del diseño y en las filas de la co-revolución. Creo en que trabajando, creando y aprendiendo en comunidad se llega más lejos.