Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Volver arriba

Arriba

comentarios
Storytelling, ¿una nueva forma de meditación?

Storytelling, ¿una nueva forma de meditación?

Juan Manuel Rodríguez, fundador de Haki Storytelling, comparte con nosotros una interesante comparación entre el ejercicio de contar historias y la meditación. Leer más
Juan Manuel Rodríguez
Share on Facebook Tweet This Share on Google Plus Pin This Comparte

Si le quitamos todo el halo místico, de nueva era y religioso a la meditación, ésta, en términos sencillos, le apunta a ‘estar y ser conscientes del presente’, con el fin de aminorar la ansiedad de un pasado sobre el cual ya no podemos hacer nada, y un futuro que para todos, independiente de cuál sea nuestra situación, se puede resumir en una sola palabra: incertidumbre.

Todos, creo yo, en algún momento de nuestras vidas, hemos experimentado estados de consciencia plena, por ejemplo, al realizar actividades que nos gustan mucho; aquellos momentos que yo defino como sublimes, en los cuales experimentamos una dicha y sensación de completa de paz y tranquilidad.

Murakami, por ejemplo, cuenta en su libro De qué hablo cuando hablo de correr, que la meditación tranquiliza por completo y le ayuda a sobrellevar las diferentes presiones que le impone la vida y su oficio como escritor, y que nada se compara con trotar ligeramente por la mañana, escuchando el álbum Reptile de Eric Clapton.

Cada persona entonces, ‘meditará’ con la práctica de alguna actividad o al experimentar determinados tipos de sensaciones. En mi caso dicha actividad es escribir.

En cuanto al Storytelling creo que cuenta con dos grandes orillas, separadas por esa gran corriente, repleta de sensaciones y emociones, a la que llamamos la historia. En una se encuentran los que la narran y en la otra el público que la recibe. Frecuentemente, en un acto involuntario, un individuo de cualquiera de los dos bandos cae y se deja arrastrar por la corriente, es ahí cuando permitimos que la historia invada hasta el último recodo de nuestro ser, y entramos en ese estado de presencia plena.

Permítame explicarle a que quiero hacer referencia, estimado lector; dicen, los expertos en narrativa, que una cualidad que presentan las buenas historias, es lograr que las personas hagan parte del relato (experimenten presencia), es decir, que debido al nivel de atención que le prestan, sienten que hacen parte de ese mundo que la narración les plantea. ¿Quién no, con la lectura de una novela, cuento, al ver una película o enfrentarse ante cualquier tipo de narrativa se olvida del sitio que realmente ocupa y entra a ser parte de la historia, que en determinado momento brinda todo un abanico de emociones y sensaciones?

 

«In rare instances these virtual places allow us to comprehend
something about ourselves. These are moments when a
narrative is most powerfully connected to the user, moments
that users often remember, moments when the distinction between
a mediated experience and a direct experience becomes blurred.»
- Frank Biocca –

 

Precisamente es por eso que considero que el storytelling tiene algo de meditación para la orilla del público, porque nos hace estar presentes, y nos lleva a vivir un instante que, si bien ficticio, se encuentra ligado al ahora y nos resulta placentero.

También estoy seguro que lo mismo ocurre en la orilla del narrador, quien al momento de crear, imaginar, planear su pieza, también se deja llevar por la historia y encuentra un estado de paz ideal. Si con nuestras historias logramos que nuestro público experimente estados de presencia, seguramente el mensaje que queramos transmitir se recordará y aceptará de una mejor manera.

¿Te gusta el storytelling? ¡Únete a nuestra comunidad!

Imagen: cdn.theintimacydojo.com

También puede interesarle:

Storytelling, una pieza clave para conectarse con sus clientes

La nueva apuesta de Snapchat por el storytelling

Share on Facebook Tweet This Share on Google Plus Pin This
Juan Manuel Rodríguez
    Juan Manuel es libros, lectura, escritura y capuccino, y siempre navegará en los mares de la literatura. Es el fundador de Haki Storytelling y una persona 100% buena vibra y 100% bogotana, dos características que no necesariamente van de la mano. Estudió ingeniería Industrial, y desde hace un par de años enfocó su carrera hacía la innovación y los procesos creativos.